sábado, 28 de enero de 2012

Parece que me visitó un "acosador" serial de redes

Con respecto a la entrada anterior, como soy investigadora por "afecto" profesional, me puse a mirar un poco ayudada por Google (¡hermano querido!).


Y resulta que me salta a la vista el nombre "Carlos Imbroggiano", el embrollador embrollado, con su perfil en un sitio de traductores (parece que lo es; su prosa es correcta morfosintáctica y ortotipográficamente hablando), pero ¡es un perturbado mental que agrede en comentarios de blog, en flagrante discriminación de género, racial y quién sabe cuántas cosas más! Parece que la palabra "histérica" la usa con regularidad. Eso indica que él mismo es... un histérico. De manual. 


Un tema más para los E-mails del Cielo. El acoso en redes, la agresión, la discriminación sobre la que se basa, el cuidado que hay que tener cuando nos vinculamos por estos medios. Porque gente como Carlos Imbroggiano existe. 

Copio su comentario en Blog de Katia, cuyo tema es la cocina. Busquen abajo lo que dice, que es esto: 


Katia: me parece muy bien que expongas tu punto de vista sobre las recetas, pero bajá un cambio porque una peruana atrasada como vos no tiene derecho a criticar nada de la Argentina. Somos un país de raigambre europea y realmente los platos de muertos de hambre que tienen ustedes nos chupan un huevo. Seguro que jamás en tu vida comiste los alimentos (calidad y cantidad) que se comen en la Argentina. ¡¡Andá a lavar los platos, histérica!!
Cordiales saludos,
Carlos>>
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No tengo ya dudas. Pero no me digan que daba para pensar en alguien contratado o ligado a la Editorial. Histeria no, tal vez un poco de paranoia. Alimentada por la realidad de saber que están muy rabiosos con nosotros, nos difaman y calumnian, y alegan "qué injusticia" lo que hicimos, que fue reclamar justicia, precisamente. Por ahora, caso cerrado. Por ahora. Gracias por leerme. Y sepan que esto puede pasar.  Repito lo dicho arriba: cuidado. 





¿Acosador virtual o mercenario a servicio empresarial?

<<De: 
C Imbroggiano

Acabo de leer tu blog sobre tu libro, "E-mails del cielo para mujeres".


Es una lástima que destiles veneno en él. 


Tu vida cotidiana debe ser muy difícil con tanto resentimiento.


Cuánto lo lamento por vos y por tu histeria permanente. Qué difícil debe ser enfrentar la vida todos los días con ese entripado.>>


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Acabo de recibir el mensaje que copié arriba, que parece provenir de alguien preocupado por mi vida de "resentida" e "histérica", debido al "entripado" que exhuma este blog. Recibir mensajes de personas que insultan, agravian, desacreditan o bromean bajamente sucede mucho en Internet. 


Se trata de seres mentalmente perturbados, que se dedican a acosar virtualmente y pueden hasta ser peligroso/as en la vida real. Observo que sabe escribir bastante bien, e intuyo que me conoce. Tengo alguna sospecha de quién puede ser. 


Es que no se trata de alguien que intenta ofenderme por cualquier motivo, que todo vale. Oh, casualidad, en la última entrada de este blog sobre mis E-mails del Cielo expreso mi indignación (que no resentimiento) por haber hecho un libro con ética, aunque fuera "a pedido" y con ciertas pautas de todo libro que así se gesta, un libro del que he recibido gratitud, alguna crítica, pero nunca una descalificación. Es un libro honesto que escribí utilizando el género para dar un paso más allá, hacia la literatura.  


Este blog es un homenaje a ese libro que, en principio, creí de "arte menor". Y de ninguna manera pienso ahora así. Claro que se puede mejorar. Y así será. Mucho más, ahora. Ahora que es sólo mío, porque lo han abandonado después de sacar provecho de él. Y sigo, señor/a que me escribe hablando de mi histeria, mi resentimiento y mi vida cotidiana. 


Quien escribió ese mensaje (no sé por qué inferí que era un hombre cuando le contesté, porque lo hice; yo sé que no es un/a anónimo/a, porque puede muy bien sea mujer, y si es mujer... te veo, te veo.) probablemente lo haya hecho también "a pedido" de la editorial con la que mantengo un conflicto por ellos provocado, ya que decidieron no pagar mi sueldo, ni mi obra social, ni mi seguro, ni mis aportes a ANSES, y quedarse con mis derechos de dos libros (todo esto lo siguen haciendo). Lástima de editorial Lumen de Argentina, que supo tener algún prestigio y lo echó todo a perder. 


Muchos temen (y hasta he recibido consejos) que no me den trabajo otras editoriales al aparecer haciendo estos comentarios y poner sobre la mesa mi verdad. A quien lea le digo: trabajo bien, con alegría, mucho si hace falta. Pero ya exijo que me paguen de acuerdo y justamente a esa entrega. Nada más. Si se informan, Lumen de Argentina está desapareciendo. Sus empleados cobran "cuando lo deciden los patrones". Hubo despidos, juicios, maltratos, falta de pago a trabajadores externos. No concurren a Ferias Internacionales, ni a la de Buenos Aires desde el año pasado. No condenen a quien sólo pretende poner "las cosas en su lugar". Sin histeria, con seguridad y calma que da saber que uno tiene la verdad. Sin resentimiento, sí con indignación porque uno ve decrecer sus ingresos que ya eran magros y sabe que quien lo malpagó está disfrutando de una vida de comodidades y seguro de un futuro sin sobresaltos. No confundamos.


Si alguien conoce a Imbroggiano, dígale que los mercenarios tienen mal fin, los acosadores suelen caer en sus propias redes, y su actitud es miserable, eso, miserable...





sábado, 14 de enero de 2012

Sobre "E-mails del Cielo para mujeres" y sus derechos

Este libro fue realizado, como lo cuento, a pedido de los dueños de la que ahora se llama Distribuidor y Editorial, o Editorial y Distribuidora, o Distribuidora Lumen SRL. 

De dicha editorial me desvinculé por razones de irregularidad en el pago de salario y cargas sociales. 


Yo me fui y "se quedaron" con mi libro. Todavía leo que publicitan su venta por Internet. Creo que no me quedó ni un ejemplar (debo haber regalado el último a alguien querido). 


¿Contrato? No tiene cláusula de rescisión. ¿Juicio? Cuesta mucho pagar un/a abogado/a, y este/a suele decir que es muy difícil de comprobar lo que es cierto. 


Así que no cobro derechos si es que lo están vendiendo. 


Moraleja: cuidado cuando firmen un contrato; la alegría de ser publicado, el temor de no seguir siéndolo confabula contra la posibilidad de plantearse el vínculo autor-editorial en términos de justicia. 


Igualmente, servirá este libro para revisar el proceso de edición. Y servirá para saber que aquello que uno escribe puede tocar muchas vidas. Y una sin saberlo.